Hacer deporte está de moda. Quien disfruta de ello, conoce esa sensación de felicidad que te invade después de salir a correr o de una buena sesión de gimnasio. Sin embargo, ese placer se desvanece a la mañana siguiente cuando te duelen músculos de tu cuerpo que ni sabías que existían.
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El "running" es uno de los deportes que más adeptos ha ganado en los últimos años. |
Quizá la teoría que más has oído
sea que las agujetas eran producidas por la acumulación de cristales de ácido láctico que pinchan nuestro músculo produciéndonos esa sensación de dolor. El
ácido láctico es una molécula que nuestro cuerpo produce a partir del
metabolismo de azúcares cuando los niveles de oxígeno son bajos, en una
reacción denominada fermentación láctica.
Esta reacción se produce cuando
el músculo necesita obtener mucha energía a una velocidad a la que el oxígeno,
que transporta la sangre, no es capaz de llegar a tiempo al tejido. Esto ocurre
durante un ejercicio de alta intensidad al que no estemos acostumbrados, por
ejemplo. Sin embargo, se ha observado que aproximadamente una hora después de
realizar un ejercicio intenso, nuestro cuerpo ha eliminado el ácido láctico
producido. Por tanto, esta no parece ser la causa por la que nos visitan las
agujetas. De hecho, otra evidencia que refuta la hipótesis de los cristales de ácido láctico ha sido un estudio realizado en pacientes que presentan la enfermedad de McArdle (basada en la incapacidad de producir ácido láctico, entre otros efectos), de modo que, al realizar un sobreesfuerzo físico, sufrían también este dolor muscular de aparición tardía que caracteriza a las agujetas.
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Hoy en día, se sostiene que las agujetas se deben a la microrrotura de nuestras fibras musculares por las contracciones y la acumulación de tensión que estas experimentan. Esta tensión provoca una inflamación, que es la verdadera responsable del molesto dolor.
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Aquí podemos ver las diferentes estructuras del músculo esquelético: músculo - fascículo muscular - fibra muscular |
Tambien habrás escuchado que las
agujetas desaparecen haciendo más
deporte. Sorprendentemente, ¡esta creencia popular sí es cierta! Pero hay que tener en cuenta que el efecto
analgésico es temporal, bien debido a las endorfinas (conocidas como la hormona
de la felicidad) o bien a la eliminación de toxinas por un aumento del flujo
sanguíneo que se producen durante el ejercicio.
Actualmente, algunos de los métodos
para paliar este dolor muscular de aparición tardía son la utilización de fármacos antinflamatorios no esteroideos
(cuya eficacia depende de la dosis y del tiempo pasado tras el ejercicio), así
como los masajes. Estos fármacos
como el ibuprofeno inhiben la
síntesis de prostaglandinas, moléculas implicadas en el desarrollo de esta inflamación.
Se han probado que, con otros
métodos, como la aplicación de ultrasonidos,
el “stretching” que reduce la tensión
en los tendones o la crioterapia que
consiste en aplicar frío sobre el músculo, no hay un alivio del dolor
significativo.
Sin duda, el mejor método o
consejo para no padecer las agujetas es empezar a hacer deporte poco a poco e
ir aumentando progresivamente la intensidad. No es conveniente hacer un cambio
brusco del sedentarismo a deportes de alta intensidad.
Esperamos que os haya gustado
este post y recordad: que las agujetas no os paren en esta carrera que es la
vida, cuya meta es ¡seguir adelante y comerse el mundo!
Bibliografía:
- "Ejercicio terapeútico. Fundamentos y técnicas", Carolyn Kisner, Lynn A. Colby.
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/biosystems/139696.
- "Manual de cirugía ortopédica y traumatología". Escrito por Francisco Forriol Campos, Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología.
- "Delayed Onset Muscle Soreness. Treatment Strategies and Performance Factors". Karoline Cheung et al. DOI: 10.2165/00007256-200333020-00005.
- "Unique Exercise Lactate Profile in Muscle Phosphofructokinase Deficiency (Tarui Disease); Difference Compared with McArdle Disease". Päivi Piirilä et al., 2016. DOI: 10.3389/fneur.2016.00082.