viernes, 4 de noviembre de 2016

¡Especial Halloween! Neurobiología del Miedo (Parte II)


¿Preparados para más terror? Esperamos que sí, porque en esta segunda parte de nuestro Especial de Halloween acerca del Miedo, toca hablar de su aspecto más profundo: el origen del miedo en el cerebro.
El estudio de las bases neurales de las emociones humanas es complicado. Las técnicas de visualización de actividad cerebral no invasivas (por ejemplo, electroencefalogramas, tomografía de emisión de positrones, resonancia magnética funcional, entre otras) no aportan suficiente información. Por esto, nuestro conocimiento acerca de la neurobiología de las emociones procede de investigación básica en otros mamíferos, como ratas y ratones.
Estas investigaciones indican que la capacidad de experimentar miedo, así como los cambios corporales (viscerales) y conductuales, surgen de un circuito neural del miedo específico. Esto se demostró mediante experimentos de estimulación eléctrica directa de estructuras concretas, que producían respuestas evocadas (no basadas en estímulos percibidos) de miedo en los sujetos.
Esquema orientativo de localización de las
diferentes estructuras mencionadas
Se piensa que prácticamente todo el cerebro está implicado, pero en especial la siguiente estructura: la amígdala cerebral.  La amígdala forma parte del sistema límbico, y es el centro coordinador que gestiona a las regiones que se ocupan de la expresión somática de la emoción y las áreas encargadas del sentimiento consciente. Aunque este circuito se considera la ruta principal del miedo, es posible que participen varias vías cerebrales alternativas aún por determinar.
Para explicar cómo estímulos sensoriales nos producen reacciones emocionales, vamos a centrarnos en un único tipo: los sonidos. Es sabido por todos que uno de los elementos más aterradores de las películas de terror es la música. Si nunca te habías percatado, te invitamos ver la película que más pesadillas te haya causado sin sonido. Descubrirás que ya no te produce tanto terror, incluso puede que lo veas todo un poco ridículo en ausencia de estímulos auditivos. Es más, la asociación entre una música y el recuerdo del terror es suficiente para evocar la emoción. Te dejamos una selección de bandas sonoras famosas que te pondrán los pelos de punta. 
La información auditiva captada por el oído se transmite a la amígdala desde dos fuentes: de forma rápida, desde el núcleo sensitivo auditivo del tálamo; y de forma indirecta y más lenta, desde la corteza auditiva. En el miedo, la primera vía de entrada desde el tálamo es la más importante, porque puede iniciar respuestas emocionales primitivas, que pueden ser esenciales en situaciones de peligro inmediato. Además, esta información rápida permite preparar a la amígdala para recibir información más elaborada desde la corteza.
Vista lateral de corteza cerebral
Muchas de las respuestas corporales de las emociones son inconscientes y están mediadas por la amígdala a través de sus conexiones con el hipotálamo y el tronco cerebral. Las respuestas viscerales que ponen al cuerpo en estado de “alerta” son involuntarias y están organizadas por sistemas hormonales, controlados por el hipotálamo, y el sistema nervioso autónomo.

La estimulación del hipotálamo inicia una cascada hormonal que induce a la glándula pituitaria a secretar la hormona adrenocorticotropa (ACTH), la cual llega por el torrente sanguíneo hasta a las glándulas suprarrenales, situadas sobre los riñones, que liberan el cortisol. Esta es una hormona que tiene efectos catabólicos en el metabolismo, es decir, que hacen que se produzca energía, aumenta la presión sanguínea y la frecuencia cardiaca, y otros cambios corporales que ayudan al cuerpo a prepararse para responder al estrés producido por el miedo. Además, contribuye a potenciar los efectos del Sistema Nervioso Autónomo Simpático. 
El Sistema Nervioso Autónomo controla los reflejos viscerales, concretamente las vías simpáticas preparan al cuerpo para la típica respuesta lucha o huida ("fight or flight") del estado de alerta. Las glándulas suprarrenales también se encuentran inervadas por nervios simpáticos, que inducen la secreción de adrenalina y noradrenalina (catecolaminas) a la sangre. Estas aumentan la frecuencia cardiaca, la respiración, cortan la digestión, y ponen al cuerpo en tensión, preparado para reaccionar ante el peligro. Es más, las catecolaminas también actúan como neurotransmisores para las sinapsis simpáticas y en el cerebro, comunicando siempre excitación nerviosa. 

Por otro lado, la influencia de la amígdala en el sentimiento consciente está mediada por sus proyecciones hacia zonas corticales, en especial, la corteza prefrontal. Esto permite incorporar el aprendizaje y la experiencia a los aspectos cognitivos de la emoción. Los mecanismos corticales proporcionan un medio a través del cual la memoria y la imaginación, no solo los estímulos externos, pueden provocar emociones. Por ejemplo, a veces ocurre que creemos ver algo aterrador, un monstruo cualquiera, pero cuando nos damos cuenta de que sólo es una sombra, el miedo desaparece.
Nuestro cuerpo y mente son entes altamente complejos que gracias a la ciencia cada vez entendemos un poco mejor. En general, consisten en muchos sistemas, órganos y moléculas que están interrelacionados y coordinados para funcionar y autorregularse. Nuestro objetivo con este especial de Halloween era dar una visión general acerca de una serie de eventos mentales y fisiológicos que tienen lugar cuando tenemos una experiencia tan común como el miedo. En especial, queremos recalcar que el objetivo de las emociones es protegernos y ayudarnos en nuestra interacción con el ambiente.
Quizá esto no sirva de consuelo para aliviar nuestro temor, pero puede que la próxima vez que veas una película de miedo puedas distraerte pensando en todo lo que está ocurriendo en tu interior para que te sientas así. Esperamos que os haya resultado interesante este tema y nos encantaría conocer vuestras opiniones al respecto. 

Bibliografía:
  • "Fear, Avoidance, and Phobias. A Fundamental Analysis". Edited by M Ray Denny. ISBN 0-8058-0316-5
  • "Principles of Neural Science" (Fourth Edition). Eric R. Kandel, James H. Schwartz, Thomas M. Jessell. Editorial McGraw-Hill. ISBN: 84-486-0311-7
  • "Affective neuroscience the foundations of human and animal emotions". Jaak Panksepp, Oxford University Press. 1998. ISBN: 0195096738
  • "The Neurobiology of Fear". Ned H. Kalin. Scientific American, 2002.
  • "The Neurocircuitry of Remote Cued Fear Memory". Hadley C. Bergstrom. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 2016. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.neubiorev.2016.09.028
  • "The role of basal forebrain cholinergic neurons in fear and extinction memory". Review. Dayan Knox. Neurobiology of Learning and Memory, 2016. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.nlm.2016.06.001
  • "Prefrontal-amygdala fear networks come into focus". Maithe Arruda-Carvalho and Roger L. Clem. Front. Syst. Neurosci., 30 October 2015. DOI:  http://dx.doi.org/10.3389/fnsys.2015.00145
  • "Neural circuits and mechanisms involved in Pavlovian fear conditioning: A critical review". Jeansok J. Kim , Min Whan Jung. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 2006. DOI: 10.1016/j.neubiorev.2005.06.005
  • "Fear conditioning can contribute to behavioral changes observed in a repeated stress model". Robert M. Camp et al. Behavioural Brain Research, 2012. DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.bbr.2012.05.040

4 comentarios:

  1. Muy instructivo el artículo! Siempre es interesante saber más sobre los mecanismos del miedo!

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  2. Realmente interesante. Espero continúen con esta dinámica.

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  3. Me preocupa como los medios de comunicación y los discursos de los políticos utilizan el miedo para sus fines interesados. Hay verdaderas fábricas del miedo social. Muy interesante porque va más allá de la ciencia para iluminar cómo se nos puede manipular.

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